Tras muchas semanas con la producción parada debido a las estrictas medidas de bloqueo por el coronavirus, la demanda empresarial en Europa de hardware reacondicionado ha crecido sustancialmente. Las empresas están adquiriendo y alquilando equipos de tecnología circular para que sus empleados puedan trabajar desde sus casas.
Las medidas de bloqueo en el suministro de productos no permiten satisfacer la demanda de hardware nuevo. Así lo afirma Flex IT en un informe, distribuidor europeo de hardware circular y eco-sostenible con sede en los Países Bajos y oficinas en España, y que colabora para comprar excesos de stock y reacondicionar portátiles, servidores y otros dispositivos móviles.
La tecnología circular es ya una realidad a nivel mundial. Los usuarios demandan nuevas fórmulas para respetar el medio ambiente a través de una producción más sostenible y ecológica. Reacondicionamiento, reciclaje o reutilización son términos con una importancia cada vez mayor en multitud de sectores, y han sido creados para explicar la iniciativa global de conseguir que productos, componentes y materiales ofrezcan su máxima utilidad y valor durante el mayor tiempo posible, minimizando el desperdicio. En España es un mercado cada vez más aceptado aunque aún se encuentra por detrás de otros países centroeuropeos.
Según la misma empresa, en el último mes el mercado ha crecido de golpe y esta solución circular ayuda a la continuidad del negocio de muchas empresas en Europa en este difícil momento. Las empresas están valorando ahora la calidad y funcionalidades de los productos más que si es la última versión del mercado. Un portátil de 5 años de antigüedad puede ser perfectamente válido para trabajar estos días y por eso la demanda de los productos de tecnología circular se ha disparado en las últimas ocho semanas.
Los grandes distribuidores europeos contactan con proveedores para preguntar si hay suministros de, por ejemplo, partidas de 1000 portátiles porque muchas empresas necesitan urgentemente contar con el hardware necesario para que sus empleados puedan teletrabajar”. La estrategia se basa en no saturar la producción o el uso de recursos valiosos sino en ser respetuoso con el planeta y enfocarse en ofrecer soluciones de calidad. Los productos, dependiendo de sus características, tienen una garantía que puede variar desde un año hasta tres, y están categorizados para que los partners puedan saber cuáles satisfacen mejor sus necesidades: desde “menos 10” a “menos 1” según el año en que fue lanzado al mercado.
Los distribuidores deberían valorar invertir en un programa circular. Al ser un nuevo concepto deberán formar a sus vendedores y convencer a sus socios de que la valía de este nuevo mercado no afectará las ventas de sus productos sino que coexistirá con su modelo de ventas tradicional. De hecho existe un repunte en las ventas cuando los partners ofrecen online sus productos circulares. Esto es debido a que ahora pueden ofrecer soluciones en todos los niveles de precios sin descuidar la calidad.
Una pandemia con impacto directo en el entorno
La crisis sanitaria provocada por el Coronavirus también ha tenido un impacto directo e inmediato en la polución y contaminación en las ciudades y en el entorno natural. Por término medio, se ha estimado que, el confinamiento y el cese de actividad de muchas empresas en España, ha supuesto un descenso en la contaminación de entre el 80 y el 85%. Algo similar, siendo conscientes de la situación particular de cada país, se está produciendo en el resto del mundo.
Teniendo en consideración estos datos, ¿contribuirá la pandemia a incrementar el cumplimiento de los objetivos del clima y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU? ¿Supondrá una toma de conciencia y puesta en práctica mayor de los criterios de la economía circular? ¿Significará un paso más en el desarrollo a mejor de la actividad económica y las sociedades, un auténtico cambio de tiempo, o una vez pasado todo, las cosas seguirán más o menos igual?
Por lo pronto, como ha informado El País, se ha creado una gran alianza europea en la que 180 representantes políticos, directivos empresariales, sindicatos y ONG piden que la Unión Europea supere esta recesión de la mano de la lucha contra el cambio climático.
Tuvo que ser otra crisis, la financiera de 2008, la que impulsara la transición desde el modelo tradicional lineal de producción y consumo, todavía dominante, hacia un modelo de economía circular, como pone de relieve la Fundación Cotec.
Un concepto, el de economía circular, que cada vez cala más en la sociedad en general. Sin embargo, ya hay expertos que ponen en duda que con la nueva recesión esta manera de entender el ciclo económico continúe desarrollándose con suficiente brío. De hecho, durante la paulatina recuperación económica que se estaba produciendo en los últimos años, antes del ciclón que ha supuesto el COVID19, el cambio de modelo ya se había estancado y no avanzaba al ritmo necesario y deseado.
Al menos esta es la principal conclusión que se extrae del último Informe sobre la situación de la Economía Circular en España de la Fundación Cotec, que fue presentado en Barcelona en octubre del año pasado.
Mientras que el modelo clásico de producción lineal genera residuos en todas las etapas productivas, así como en la fase de consumo, la economía circular propone un uso más eficiente de los recursos, garantizando un futuro más sostenible. Entre otros avances, la economía circular reduce al mínimo la generación de residuos, prolonga la vida económica útil de los materiales, propicia la reparación de los bienes de consumo e introduce hábitos de consumo alternativos, como el uso compartido.
Este informe analiza la evolución y la situación actual en España de la economía circular. Ofrece nuevos datos sobre gestión de residuos, materias primas, competitividad e innovación, además de recopilar casos de éxito y proponer medidas para favorecer la transición al nuevo modelo económico.
Datos a tener muy en cuenta
Algunos de los datos más significativos que recoge Cotec y que hacen una radiografía de la actividad tanto económica como ciudadana son preocupantes. Los vertidos representan en España el 54% del volumen total (el resto se reparte entre incineración, reciclado y compostaje), más del doble de la media de la Unión Europea (24%) y muy lejos del objetivo establecido por la Comisión Europea para 2030 (10%).
España mantiene, asegura Cotec, patrones de producción y consumo con fuertes rigideces estructurales que dificultan la introducción de modelos más circulares y sostenibles. Otra dificultad para la implantación del nuevo modelo es la falta de indicadores específicos para medir la circularidad en la economía. La hoja de ruta estatal -recuerda el trabajo- ayudará a definir marcos estables, a superar las actuales barreras técnicas y regulatorias, así como a diseñar políticas e inversiones específicas, todo ellos antes de que llegara la pandemia.