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Qué hacer para una recuperación económica verde tras la crisis por Covid-19

Un estudio de Climate Action Tracker da cuenta de los avances de algunos gobiernos en esta materia, y de los principales lineamientos que se debieran tener en cuenta para una “recuperación verde” empujada por los paquetes de rescate económico que debieran tener como condición -señalan- compromisos para avanzar hacia las metas de cero emisión.

 La pandemia de coronavirus ha de verse como una oportunidad para construir una economía diferente, una en que las finanzas y las acciones impulsen empleos sostenibles, el crecimiento verde y una forma de vida distinta. Se trata de encontrar la nota justa para enfrentar un escenario donde se mezcla la urgencia de aplanar la curva de contagios con las claras muestras del impacto de los efectos de las medidas de confinamiento en la economia. Y muchos apuestan a una recuperación económica verde como la mejor alternativa.

Hoy se estima que el impacto económico de la pandemia superará a la crisis financiera global de 2008, y sus efectos están a la vista. En Estados Unidos, por ejemplo, se perdieron 6,6 millones de empleos en una semana a principios de abril, y en las regiones del Asía Pacífico se prevé que 24 millones de personas permanezcan atrapadas en la pobreza este año. Y esto, además, en el contexto actual de una emergencia climática a nivel global.

Si bien la contracción económica e industrial causada por el coronavirus hará que las emisiones de CO2 caigan entre un 4% y un 11% en 2020, tendencia que podría mantenerse a la baja en 2021 respecto de las cifras previas a la pandemia, si las estrategias de diminución de carbono no se implementan en los paquetes de recuperación económica las emisiones podrían recuperarse rápidamente, e incluso superar los niveles previstos para 2030, advierten los expertos.

Una encuesta realizada por Ipsos a mediados de abril mostró que un 65% de los encuestados a nivel mundial estuvo de acuerdo en que es importante priorizar el cambio climático en la recuperación económica después del coronavirus, y perciben que la amenaza climática es tan grave como la pandemia. Pero, ¿qué hacer, y qué no, para una recuperación económica verde? Un reciente estudio publicado por la organización Climate Action Tracker entrega una guía para avanzar en esta materia frente a un escenario que aún permanece incierto.

Intervenciones “verdes” y acciones a evitar

Según señala el análisis de Climate Action Tracker, en materia de suministro de energía y electricidad, las acciones “verdes” que se debieran fomentar en los paquetes de recuperación económica incluyen el soporte directo para tecnologías e infraestructura de cero emisiones, así como reformas fiscales sobre los subsidios a combustibles fósiles. Por el contrario, se debe evitar revivir las plantas de generación térmica “listas para la pala”, tampoco se debe renunciar a las regulaciones ambientales a la industria del petróleo y gas, y no rescatar a las compañías de combustibles fósiles sin condiciones para la transición de cero emisiones.

En cuanto al transporte terrestre y la movilidad, proponen la creación de incentivos financieros para vehículos de cero emisiones e inversiones directas en transporte público bajo en carbono, así como evitar retroceder en las normas de emisión para automóviles y rescatar a las empresas automotrices sin condiciones para una transición hacia las cero emisiones.

En materia del sector construcción, se vería como una señal positiva la modernización de eficiencia energética a edificios ya existentes, y el apoyo a la construcción acelerada de edificios de bajo o cero consumo de energía. Por el contrario, se deben evitar los programas de estímulo para nuevas edificaciones sin criterios de eficiencia energética. Y finalmente, en los que respecta al uso del suelo y la protección del medio ambiente, los expertos señalan que se debe impulsar la restauración del paisaje a gran escala y realizar esfuerzos de reforestación, mientras que sería un retroceso revertir las regulaciones ambientales y desmantelar la protección estatal a los hábitats naturales.

“Las intervenciones de estímulo verde deberían acelerar la adopción de tecnologías bajas en carbono y la infraestructura respectiva para permitir las transiciones sectoriales hacia una descarbonización total”, según señala el estudio de Climate Action Tracker

¿Cuál es el camino ideal?

Climate Action Tracker propone aplicar un marco de estímulo verde que describe “los criterios clave que los encargados de la formulación de políticas deben considerar para cualquier intervención con el fin de abordar con éxito las necesidades a corto plazo con beneficios a largo plazo.

Lo primero, señala, es activar el estímulo económico y la creación de empleo en los próximos 18 meses, que en un escenario de “estímulo ecológico” debieran promover la protección de los empleos existentes y crear nuevas oportunidades de trabajo, las que deberían tener un efecto económico multiplicador en el corto plazo.

En segundo lugar se encuentran las medidas de habilitación, incluidas las perspectivas de crecimiento y una mayor capacidad de recuperación más allá del período de 18 meses. Esto incluye intervenciones que contribuyan al desarrollo de capital humano, natural y físico (como la adopción de tecnologías más eficientes) para fomentar el crecimiento y el alivio de la pobreza.

Por último, un tercer punto es la promoción de la descarbonización y de las perspectivas de crecimiento sostenible. “Las intervenciones de estímulo verde deberían acelerar la adopción de tecnologías bajas en carbono y la infraestructura respectiva para permitir las transiciones sectoriales hacia una descarbonización total”.

“Estas consideraciones clave -señala el informe- proporcionan un marco de referencia para que los formuladores de políticas determinen y diferencien prácticamente entre ‘hacer el bien’ y ‘no hacer daño’ en sus respuestas de recuperación económica”.