Los teléfonos móviles se vuelven obsoletos en un parpadeo, los ordenadores dejan de ser rápidos al cabo de un par años y los gadgets parecen tener una vigencia máxima de apenas unos cuantos meses. Adquirir y desechar tecnología se ha convertido en todo un nuevo estilo de vida; sin embargo, ¿te has preguntado que consecuencias trae?
Cada año se desechan en nuestro país más de 300 mil toneladas de basura tecnológica, conformada principalmente por aparatos electrodomésticos y electrónicos. Una modesta cifra que se estima mucho mayor, ya que sólo se contabilizan los residuos que se tiran a la basura y no aquellos que se mantienen almacenados en casa, oficinas o escuelas.
Países como Pakistán, China, India. Ghana y Nigeria son algunos de los más afectados por el e-waste; a tal grado que la población más pobre ha encontrado en el “reciclaje clandestino” de residuos electrónicos un verdadero medio de vida que, por desgracia, conlleva un alto costo ambiental y de salud pública. Si se piensa en la gran cantidad de componentes con los que están elaborados estos aparatos, es fácil darse cuenta de que el verdadero problema radica en las sustancias -muchas de ellas tóxicas- que desprenden estos residuos.
Un ejemplo claro son los metales pesados como mercurio, plomo, cadmio, níquel, selenio, arsénico, cramo y bramo que contienen la mayoría de los aparatos que nos rodean y que, de no ser debidamente desechados, se convierten en un riesgo para la salud y el ambiente. Los contaminantes que acompañan a los residuos tecnológicos se pueden clasificar en:
. Gases policlorados: son provocados por la combustión de plásticos y hules que comúnmente aíslan los cables eléctricos.
. Polibrornados: son compuestos retardantes de la flama, empleados en los plásticos que están expuestos a condiciones de flamabilidad (cancerígenos y neurotóxicos).
. Penoles, dioxinas, furanos y CO2: son gases altamente tóxicos que se generan con la combustión de los plásticos empleados en la mayoría de los componentes electrónicos.
Algunos de estos materiales son regulados por el Convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persístentes (COP).Se trata de productos químicos que poseen ciertas propiedades tóxicas y que, al contrario de otros contaminantes, son resistentes a la degradación. Dichos COP son especialmente dañinos para la salud humana y el medioambiente, pues se acumulan en plantas, animales, suelo y mantos acuíferos, además de poder ser transportados por el aire, el agua y las especies migratorias. La contaminación ocasionada por los COP es un problema mundial que ha demandado tomar medidas necesarias para eliminar su producción.
Aunque en España ya contamos con legislación en la materia, aún nos queda un largo camino por recorrer. Para ello, debemos ponernos de acuerdo fabricantes, distribuidores, publicistas y consumidores sobre la mejor manera de disponer nuestros residuos electrónicos. A final de cuentas, lo importante es asumir nuestra responsabilidad como sociedad y como consumidores sobre qué debemos hacer con ellos cuando ya no nos son útiles.
Tres “R”
Aunque el reciclaje es una estrategia importante para contrarrestar el problema, no es la panacea. Existen otras acciones que debemos implementar en nuestro día a día para cambiar el rumbo de la situación y asumirnos como consumidores inteligentes, conscientes de que las decisiones de consumo que tomemos tendrán un impacto positivo o negativo en nuestra salud, en la de muchas otras personas y en el medio ambiente.
REDUCE
¿Es estrictamente necesario comprar un aparato nuevo? Disminuir nuestro consumo es una de las acciones más urgentes. Preguntarnos si es necesario, si es la mejor opción o si no existe una alternativa es una forma de ponernos un freno.
Otra es recapacitar acerca de si estamos sacándole el máximo provecho a nuestras inversiones; es decir, si conocemos todas las características con que cuenta, si lo utilizamos de acuerdo con las recomendaciones del fabricante para alargar su vida útil o si leímos el instructivo antes de utilizarlo por primera vez.
REUTILIZA
Si por necesidad debes cambiar algún equipo electrónico por uno nuevo, evalúa qué tan funcional continúa siendo; piensa que quizá existan otras personas con una menor demanda de funciones o desempeño de ese aparato. Un equipo cuyo poder de cómputo te quede pequeño puede serie útil a otras entidades. Regálalo o intercámbialo por otros materiales. Otra forma es mandar a reparar los aparatos en vez de sustituirlos. Aunque existen productos que es más barato comprar que arreglar, hay otros que todavía pueden dar batalla.
RECICLA
En los últimos años se han impulsado campañas de reutilización de residuos electrónicos en distintas entidades. Su objetivo es llevar la mayor cantidad posible de residuos a centros donde, tras desmantelarlos, se aprovechen sus componentes. Estos son algunos aparatos susceptibles de participar:
* ordenadores y laptops
* Teléfonos móviles y fijos
* Monitores, ratones y teclados
* Impresoras
* Discos duros
* Fuentes de poder y reguladores
* Consolas de videojuegos
* Cables y cargadores
* Reproductores de música y video
* Televisores
Además de las campañas gubernamentales o de la sociedad civil, existen otras alternativas, tal i como te contamos en este artículo: ‘Qué pueden hacer las empresas con sus ordenadores viejos’
Ahí te dejamos algunos ejemplos:
En caso de que hayamos decidido que el PC puede servir para hacer una donación, existen diversas opciones:
Esta ONG lucha contra la brecha digital en España, integrando digitalmente a colectivos vulnerables. Les ofrece formación y pone a su disposición equipos. Hasta la fecha han montado más de 2.000 aulas informáticas con equipos reciclados. Bip-Bip informa en su web del procedimiento para realizar la donación. No tienen capacidad para hacerse cargo del transporte, pero tienen acuerdos con empresas del sector para que el precio sea lo más barato posible.
- Asociaciones locales.
Si buscas en tu entorno encontrarás asociaciones que quizá necesiten un ordenador, o que pueden hacerse cargo del mismo. Es una opción cercana, y que probablemente te permita colaborar más activamente si lo deseas. Como ejemplos: en Euskadi está Reciclanet, organización de voluntarios que lleva desde el 2000 reciclando ordenadores; “Tecnología para todos” está basada en la Politécnica de Cataluña y cuenta con un programa de reciclaje de equipos.
Desde nuestra plataforma Dónalo, también puede entrar en la cartera de cualquier empresa que desee aportar a una ONG un activo que le reporte a la vez un retorno financiero y social.
Así que, los productos o servicios desarrollados por las empresas pueden ser de utilidad para las ONG: donar ordenadores usados, medicamentos, servicios de mensajería etc. En esta página puedes consultar algunos ejemplos de donaciones de materiales. En este artículo te damos más ideas sobre iniciativas de reutilización: ‘Entidades sociales que promueven la reutilización de ordenadores’.