En el sector sanitario, la carga combinada del incremento de población y del envejecimiento, así como la creciente incidencia de enfermedades crónicas, ha generado una necesidad urgente de modelos de prestación de cuidados que sean verdaderamente sostenibles. Y esto en el mismo momento en que tenemos que abordar el cambio climático y el enorme aumento global de nuestra huella medioambiental, con un consumo que actualmente ronda 1,7 veces la capacidad de recursos del planeta.
Muy conscientes de que la salud pública y un medio ambiente saludable van de la mano, los proveedores de atención médica y los profesionales cada vez buscan más soluciones y servicios clínicos que les ayuden a incorporar prácticas sostenibles en sus operaciones diarias. Las solicitudes de presupuestos, por ejemplo, a menudo contienen un componente de sostenibilidad sustancial.
Economía circular que apoya la atención sanitaria sostenible
Los modelos circulares y orientados al servicio son fundamentales para reducir los residuos y las emisiones de carbono, y así hacer que la atención médica sea más sostenible.
Con los nuevos modelos de negocio basados en el uso y los resultados, se está pasando de vender el producto o sistema físico a ofrecer su uso como un servicio. Para los departamentos de radiología u oncología, por ejemplo, ya no se trata de obtener un escáner, se trata de obtener las imágenes y los análisis correctos necesarios para respaldar un diagnóstico de precisión y un tratamiento personalizado, según explica Robert Metzke, director de Innovación y Estrategia de Personal y responsable de Sostenibilidad en Philips.
Y al diseñar soluciones escalables que son más fáciles de implementar, instalar, mantener y utilizar, los clientes, según Metzke, tienen acceso a las tecnologías de alto impacto que necesitan, con una huella ambiental mucho menor y sin los riesgos y el impacto económico de las grandes inversiones iniciales en infraestructura y sistemas.
Ejemplo de ello es el servicio de ecografía portátil. Con este servicio de suscripción flexible, los usuarios pueden tener acceso a transductores, una aplicación y un ecosistema en línea. El servicio de suscripción reduce los costos iniciales y mejora el acceso de los pacientes a una atención innovadora, por ejemplo, en áreas remotas. Modelos como este tienen el beneficio adicional de permitir la reutilización y el reciclaje múltiples, contribuyendo así al uso sostenible de los recursos.
Más allá del hardware
Al mismo tiempo, se está trabajando para maximizar el valor de vida útil de los productos y sistemas al extender su vida técnica y económica a través de la recuperación y el reacondicionamiento de los mismos y la reparación de piezas. se está reduciendo el uso de materiales vírgenes mediante un mayor uso de materiales reciclados. Pero, aunque muchas personas asocian comprensiblemente «circular» con cerrar el ciclo en hardware como este, esta visión no cuenta toda la historia.
La verdadera promesa de economía circular radica en desvincular la creación y retención de valor del consumo de recursos. O, para decirlo en términos prácticos: ¿cómo podemos ofrecer un mejor servicio y el resultado previsto con menos recursos materiales?
Parte de la respuesta, radica en la digitalización. La tecnología digital puede dar un impulso clave a la transición hacia una creación de valor eficiente en el uso de recursos, aprovechando un potencial asombroso que va más allá del papel de un mero «facilitador».
El poder transformador de la tecnología digital conectada
Impulsado por la crisis de COVID-19, se está viendo un gran avance en la adopción de tecnología digital, ya que los consumidores (interesados en la vida sana y la prevención de enfermedades) y los sistemas de salud (deseosos de reducir el estrés sobre su capacidad) recurren a tecnología innovadora para que los ayude a afrontar sus desafíos. Solo en los últimos meses, ha habido una proliferación de aplicaciones de triaje, intercambio ampliado de datos entre proveedores de atención médica, seguimiento y rastreo de pacientes con COVID y un fuerte aumento en las actividades de telemedicina, como el monitoreo remoto y las consultas por video. Y la lista continúa.
El mismo experto explica que con los datos de salud personal actualmente se dispone de dispersos en diferentes aplicaciones, dispositivos y plataformas en múltiples lugares y formatos, el valor de esos datos para los pacientes, médicos y cuidadores a menudo sigue siendo limitado. Como destaca el informe Circularity Gap más reciente, la necesidad de colaboración global para recopilar y compartir datos es uno de los principales impulsores para cerrar la brecha de circularidad.
Según el informe, al integrar y combinar datos de una manera significativa, se pueden crear soluciones de salud más inteligentes y conectadas. Al aplicar algoritmos de decisión clínica y análisis predictivo, se pueden usar datos para brindar información personalizada y procesable. Luego, estos se pueden usar, por ejemplo, para ayudar a motivar un comportamiento saludable a través del entrenamiento digital, para ayudar a los profesionales de la salud a tomar decisiones clínicas o para alertar a los equipos médicos sobre problemas potenciales, todas aplicaciones que pueden cambiar la vida.
Por supuesto, si se desarrollan teniendo en cuenta las necesidades del paciente, las tecnologías digitales tendrán un papel importante que desempeñar en la ampliación del acceso a la atención, al permitir que muchas comunidades desatendidas «salten» la brecha en la prestación de servicios primarios.
Lo digital impulsa la eficiencia en el uso de recursos
Además de tener un impacto directo tan positivo en la prestación de atención sanitaria, la digitalización también puede facilitar un uso más eficiente de recursos escasos, tanto humanos como materiales. Por ejemplo, el apoyo a la telemedicina y el cambio de la atención de entornos clínicos que requieren muchos recursos a entornos en red de menor costo y el hogar.
La conectividad y la infraestructura digital pueden tener un efecto importante en la reducción de nuestra huella ambiental, al permitir la «desmaterialización» y el uso optimizado de los recursos. Para el 2025, se espera que haya 41.600 millones de dispositivos conectados que generarán 79,4 zettabytes (ZB) de datos. La investigación indica que el ahorro de recursos que genera la tecnología de la información y las comunicaciones digitales superan el incremento de la huella medioambiental causada por el despliegue de esa tecnología.
En el área de la conectividad, el software permite la integración de interfaces para intercambiar datos entre diferentes plataformas de datos. En la asistencia sanitaria, esto puede ayudar a prevenir múltiples diagnósticos y reducir el tiempo de procesamiento de la información.
También permite interacciones remotas entre cuidadores y pacientes, o entre los propios cuidadores. Esto podría reducir potencialmente la necesidad de instalaciones físicas, reduciendo así el consumo de materiales y energía, además de los viajes. Por último, pero no menos importante, la tecnología digital permite el uso de hardware genérico (por ejemplo, tabletas) para la computación y/o la interfaz de usuario, lo que significa menos necesidad de producir dispositivos específicos.
Del mismo modo, en el área de la infraestructura digital, con servidores virtuales locales potencialmente integrados, optimizados y almacenados en la nube, no se debe subestimar la función de uso eficiente de los recursos del software.
El software nos permite crear recursos virtuales para administrar cargas de trabajo. Esto significa que se necesitan menos servidores locales y se puede reducir el consumo de energía gracias a una mejor utilización de la CPU. También permite la computación en la nube, lo que implica el uso de servidores de Internet remotos. Este es un avance positivo, ya que los centros de datos centralizados utilizan el hardware de manera más eficiente, lo que significa menos capacidad de CPU en uso. De hecho, se utiliza un 84% menos de energía cuando los clientes utilizan proveedores de nube a gran escala en lugar de una infraestructura local[3]. Y la mayor eficiencia que ofrece el software también extiende la vida útil del hardware.
Global Footprint Network (2019)
Accenture #SMARTer2030. (2015). ICT Solutions for 21st Century Challenges