En el siglo XXI la ecología es ya cuestión de estado. Lo vimos durante el flagrante éxito de los acuerdos de París y durante el duro revés que supuso la retirada de los EEUU de estos mismos acuerdos. Pero lejos de las más altas esferas de poder, el futuro de La Tierra continua siendo responsabilidad también de cada uno de nosotros.
Más allá de la grandilocuencia de acuerdos como el de París, está la suma colectiva de nuestras acciones individuales, algo que también puede marcar la diferencia.
Entre el mundo de la alta política y la realidad ciudadana el nexo común lo encontramos en conceptos como la economía circular. Expresión inventada en los años 80, la economía circular ha ganado protagonismo en la agenda política, pues engloba los cambios necesarios en nuestro modelo productivo y de consumo para garantizar que el planeta del futuro tenga recursos suficientes. Lee más sobre economía circular en este artículo: ‘Qué es la economía circular?’.
A finales de 2015, la Unión Europea adoptó un plan para transitar hasta este nuevo modelo económico. Y de ahí, la maquinaria legislativa y burocrática habitual se pone en marcha para llevar esta nueva economía al ciudadano.
Estrategia de impulso de la economía verde en Catalunya
La Agencia de Residuos de Catalunya es parte de esta maquinaria, ya que coordina la gestión de residuos en los ayuntamientos para alcanzar los objetivos marcados por la UE en la recogida selectiva de residuos en nuestros municipios.
La estrategia de Impulso a la economía verde y a la economía circular del Gobierno de Cataluña promueve la sostenibilidad como eje estratégico para alcanzar la recuperación económica, mejorar la competitividad, crear empleo y reducir los riesgos ambientales.
El desarrollo de la propuesta elaborada por el departamento de Territorio y Sostenibilidad tiene el compromiso de generar modelos de crecimiento más sostenibles y sólidamente fundamentales en la competitividad y la mejora del bienestar social y el cuidado del medio ambiente, a través del impulso de la economía verde y circular, una oportunidad para la mayoría de los sectores. Puedes ampliar este apartado aquí: ‘Economía circular para luchar contra el cambio climático’.
El documento hace hincapié en el incremento, para el tejido empresarial y el territorio en general, de la eficiencia en la utilización de los recursos y, a su vez, sobre las ventajas competitivas de las empresas gracias al ahorro de costes derivados de la misma y de la reducción de la dependencia de la importación de fuentes de energía y materias primas.
Objetivos
Los principales objetivos de la estrategia se centran en: alinear la estrategia del Gobierno en materia de competitividad de acuerdo a las líneas de crecimiento inteligente, sostenible e integrador que postulan la Unión Europea y los países líderes de nuestro entorno; dar coherencia y visibilidad a los esfuerzos que está desarrollando el Gobierno en la materia a partir de su impulso en los distintos Departamentos; establecer prioridades entre las actuaciones futuras por parte del Gobierno e incrementar el liderazgo empresarial y la capacidad de guía hacia una economía verde y circular de las empresas y del conjunto de la sociedad.
Las claves del nuevo modelo dan forma a la estructura del documento que define el concepto de economía verde y circular y el punto de partida del mismo desde la aplicación de las políticas ambientales y económicas tanto de Cataluña como del entorno europeo e internacional. También se identifican las oportunidades que ofrece la economía verde, especialmente en aquellos sectores claves para la transformación del tejido productivo. Además, la estrategia integra y detalla las políticas e instrumentos fundamentales para potenciar dichas oportunidades.
Asimismo, el documento destaca algunos de los proyectos o iniciativas potenciales de ser catalizadoras de inversiones que permitan apostar por la implantación del modelo y describe el sistema de gobernabilidad que debe ir asociado al impulso para que garantice su continuidad y la evaluación de su eficacia.
Ámbitos claves de impulso
- Generación de demanda y creación de mercados.
- Mejora del acceso a la financiación.
- Promoción de la R+D+I.
- Impulso a la internacionalización.
- Fomento del empleo y de la emprendeduría
La gestión de los desechos y el reciclaje de ciudadanos y empresas son una parte fundamental de la economía circular. Dentro de esta lógica los desechos ya no son basura, sino materia prima para futuros productos de consumo.
Actualmente el índice de recogida selectiva de residuos municipales en Catalunya es de alrededor de un 39%, un porcentaje que lleva varios años estancado. Del conjunto del estado tenemos datos del 2014, y se situaba en el 33%, todavía lejos de los países líderes como Alemania (64%) o Austria (56%), según Eurostat. Pero hay que tener en cuenta que la Unión Europea ha puesto deberes, pues para 2020 se requiere una tasa de recogida de residuos del 50%.
Cómo mejorar los resultados
¿Cómo mejorar estos resultados? Tost ve necesario encarecer la fiscalidad, es decir, el canon de vertido que pagan los ayuntamientos por arrojar sus desechos en vertederos, lo cual incentiva la recuperación selectiva y el reciclado. Otra solución es promover una nueva ley de residuos, para favorecer la transparencia, de modo que el ciudadano sepa qué paga por la recogida de sus desechos.
También apunta la idea del sistema de pago por generación. Nieves Rey, portavoz de Ecoembes, tiene una amplia receta: implicar a los alcaldes en un mejor servicio, localizar nuevas áreas de generación de envases, introducir nuevas fórmulas basadas en modelos de pago por generación o recogida puerta a puerta, aumentar la educación ambiental…