Es una nueva forma de estructurar la economía que busca que los recursos sean utilizados de la manera más duradera y eficaz posible. Aunque el reciclaje es importante, la economía circular es mucho más: va desde repensar el diseño de los productos y los materiales con los que se fabrican hasta el cómo los consumimos, reparamos, reutilizamos y nos deshacemos de ellos.
Para este nuevo paradigma económico, residuo debe convertirse en recurso y en este “cierre de vida” de los productos debe haber generación de empleo local. Se trata de un hachazo a la economía lineal, porque crea oportunidades de crecimiento, a la vez que lucha contra el cambio climático.
Aunque España está lejos de los países nórdicos, en donde se planea cambiar el ciclo de consumo reduciendo los impuestos para las reparaciones, y generar puestos de trabajo, la economía circular ya está en nuestras calles. Un primer ejemplo: los repair café, lugares de libre acceso con todo tipo de herramientas en donde se reparan objetos con ayuda de personas voluntarias. Y un segundo: los bikesharing programs, el bicing en Barcelona, gracias al cual consumimos el servicio de ir en bicicleta sin necesidad de tenerla en propiedad.
Consumo de servicios, no de productos: economía circular
Economía circular: consumo de servicios, no de productos. Esa es otra de las claves. Y así lo entiende Philips que en el aeropuerto de Schiphol (Holanda, Ámsterdam) y en el alumbrado público de algunas ciudades ya no vende LEDS, sino el servicio de la luz; por lo que estaría poniendo fin a la obsolescencia programada en lo que fueron las primeras víctimas de este dictado: las bombillas.
Es la economía de la funcionalidad: privilegiar el uso frente a la posesión, la venta de un servicio frente a la de un bien. Y no hemos inventado nada nuevo. Aunque Aristóteles ni siquiera sospechó el consumo desaforado al que llegaría la superpoblación del planeta, ya decía hace 2.400 años que la riqueza no está en la propiedad de las cosas, sino en su utilización.
La economía circular es una economía que, según la consultora TNO, puede llegar a generar 7.300 millones de euros y 54.000 empleos en los Países Bajos. En España, una extrapolación del Club de Roma, sitúa la oportunidad en 400.000 puestos de trabajo. Es una vuelta de tuerca para que la sostenibilidad se convierta en oportunidad. Y así lo están empezando a entender empresas como Adidas que cada año pondrá a la venta una colección de zapatos y ropa fabricada con residuos plásticos de los océanos.
¿Cómo aplicamos nosotros la economía circular?
En Fundación real dreams nos sumamos a la economía circular con donalo.org, un punto de encuentro digital en el que empresas donan producto y las ONG lo reciben en un proceso trazado que nos permite demostrar el impacto ambiental y social. Desde noviembre de 2015, hemos evitado la generación de más de 16.900 kilos de residuos gracias a la donación directa de 20 empresas a 70 entidades sin ánimo de lucro.
Es un proceso en el que todos ganan: la empresa ahorra en costes de destrucción y almacenaje, a la vez que desgrava los productos e introduce el impacto en sus rendiciones de cuentas; y las ONG salen beneficiadas al acceder a producto de forma gratuita en un círculo que implica la redistribución de los bienes en la sociedad.
Además, donalo.org colabora con la UPC e implementa eReuse para el material electrónico con el objetivo de reparar, reutilizar y asegurar el reciclaje final. Estos PC, reparados y reformateados con programario libre, tienen un coste simbólico para las ONG. Y es este coste simbólico el que nos está permitiendo generar empleo gracias a la economía circular.
Aunque hemos hablado de las potencialidades de la reutilización, reparación y del consumo de servicios, la economía circular es mucho más extensa. Por ejemplo, en la fabricación de los productos considera los impactos medioambientales y refrabrica en función de ellos. Y establece un modo de organización industrial en un mismo territorio en el que los residuos de unos son los recursos para otros.
Es lo que se denomina simbiosis industrial y en la comarca de Bages (Manresa) se está desarrollando el primer piloto en Catalunya con el impulso de la Agència de Residus de Catalunya. La idea es que las empresas pueden comprar y vender recursos sobrantes reduciendo costes y aumentando los beneficios.
¿Cómo puedes aplicar la economía circular en tu vida?
Todos tenemos mucho que decir en esto de la economía circular. Compra sólo lo que necesites y, cuando lo hagas, explora antes las posibilidades del mercado de segunda mano, como e Bay o Wallapop. Adquiere productos de vida útil y garantía larga (la calidad de la reparación y la garantía es clave para alargar la vida útil). El ejemplo de ecodiseño por excelencia es la cafetera italiana, en el que se han usado pocos y buenos materiales para una fabricación sin apenas residuos. Para tener en cuenta el medioambiente y hacer uso de la economía circular, siempre te podrás apoyar en aplicaciones como GoodGuide, una base de datos con más de 210.000 productos clasificados del 0 a 10 según el daño ambiental que produce su fabricación.
Cuando ya no te funcione, piénsatelo dos veces antes de tirarlo a la basura. Tienes muchas opciones. La primera, repararlo. El proyecto Millor que Nou, en Barcelona, te permite obtener ayuda para reparar tus productos, intercambiar lo que ya no necesites o acudir a mercados de intercambio y de segunda mano. Otro recurso que te puede ayudar en todo este proceso de la economía circular es el proyecto Alargascencia de Amigos de la Tierra, un directorio de establecimientos a nivel nacional en los que podrás reparar, alquilar o intercambiar objetos.
Responsabilízate del final de tus bienes, recíclalo correctamente. La aplicación para móviles Guía para el reciclaje creada por Ecoembes arroja información sobre cómo separar correctamente los envases de plástico, metal, bricks, papel y cartón.
Aunque recuerda: el mejor residuo es el que no se genera. Haz uso de la economía circular.
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