Mil trescientos cincuenta y dos millones de kilos de comida y bebida. 28,6 kilos por persona por año. Por ponerlo de otra manera: un mes entero de la bodega de alimentos de toda España salió del campo para ir directo a la basura.
Esta es la conclusión del panel de consumo de alimentación de 2019 que recién acaba de desvelar el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que ha recogido la aplicación antidesperdicio Phenix para promover la economía circular en el campo de la alimentación.
Estas cifras representan, además, un 1% más de lo que se desperdició en 2018, aún contando con una concienciación más grande por parte de la población española en cuanto al desperdicio de alimentos. Según la aplicación antidesperdicio Phenix, en este nuevo mundo que se nos abre, debemos multiplicar los esfuerzos para cambiar hábitos como sociedad.
El panel también deja claro que el año pasado ocho de cada diez hogares tiraron comida a la basura, teniendo más incidencia aquellos con personas de menos de 50 años y los formados por las parejas con hijos. Si hablamos de zonas, el Levante y el área metropolitana de Madrid tienen el dudoso honor de ir por delante.
En declaraciones recogidas por la agencia de noticias EFE, el ministro Luis Planas esclareció que este despilfarro alimentario “constituye una pérdida económica porque su desembolso no tiene ninguna compensación por parte de las familias”. Sin embargo, Tomaselli va más allá y apunta que “Nos encontramos ante una catástrofe alimentaria, social y medioambiental”.
La economía circular se postula como solución
La economía circular se basa en el funcionamiento orgánico de la naturaleza, donde los residuos son mínimos o inexistentes, todo sirve, según la misma aplicación. Phenix usa este mismo concepto, pero con la alimentación. Se sirve de un ejemplo común: “El derroche de materia prima que le supone a un panadero no vender sus 30 últimas barras de pan del día pueden ser el beneficio de unas cuantas familias”.
Una iniciativa de economía circular enfocada a erradicar el desperdicio alimentario es la aplicación Phenix, que, por un lado, asiste a los comercios a la hora colocar sus remanentes de alimentos y, por el otro, da servicio a los usuarios de su aplicación, ofreciéndoles la posibilidad de comprar el excedente de esos comercios a precios superreducidos.
Phenix es una empresa certificada como B Corporation, un nuevo tipo de negocios que buscan el equilibrio entre sus objetivos y los beneficios, con la obligación legal de considerar el impacto de sus decisiones en sus empleados, clientes, proveedores, la comunidad y el medio ambiente.
Desde Phenix también recuerdan que este 29 de septiembre se celebrará el primer Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimento, decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Cuando los residuos de alimentos llegan a los vertederos, se descomponen y producen metano, un gas de invernadero 87 veces más potente que el CO2 a la hora de retener calor en la atmósfera en los primeros 20 años y que es responsable del 25% del calentamiento global actual.
Sin embargo, cuando los residuos de alimentos son separados y tratados, en lugar de ser llevados al vertedero, pueden producir compost que ayuda a la producción de más alimentos y a mejorar la capacidad del suelo para capturar CO2 de la atmósfera, y recuperar energía a través de la digestión anaerobia y utilización del biogás.
Para otros tipos de residuos, los esquemas de reutilización y reciclaje no solo reducen la cantidad de residuos que llegan a los vertederos o incineradoras, sino que además contribuyen a la creación de oportunidades económicas para emprendedores sociales y colectivos vulnerables.
Para reducir el desperdicio alimentario hace falta el compromiso en tomar acciones, como, por ejemplo:
- Reducir las pérdidas y desperdicio de alimentos a nivel comercial y de consumo, reduciendo las pérdidas en las cadenas de producción y suministro, reduciendo la producción de alimentos en exceso y facilitando programas seguros de donación de alimentos y para uso en crianza de ganado.
- Implementar programas de recogida selectiva de desperdicios de alimentos y otros orgánicos y el desarrollo de infraestructura de tratamiento que recupere nutrientes, energía y que contribuya a la restauración de la capacidad de almacenamiento de carbono en los suelos.
El desperdicio de alimentos es un asunto particularmente crítico. Actualmente, un tercio de todos los alimentos producidos para consumo humano son perdidos o desperdiciados, sumando 1.300 millones de toneladas cada año.