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Las TIC, claves para el impulso de la economía circular

Las TIC pueden contribuir a la economía circular de una manera fundamental. El reto tecnológico pasa ahora por mejorar la eficiencia y garantizar a la vez la sostenibilidad del proceso. El diseño de sistemas de producción eficientes y soluciones inteligentes debe pasar por las nuevas tecnologías.

Hay muchas maneras en que las TIC pueden impulsar los modelos de economía circular. Las TIC son herramientas transversales en todos los sectores de la economía, por lo tanto pueden ayudar en la transición hacia este nuevo modelo de producción, basado en la reutilización.

El peso del flujo de materias primas en la economía lineal debe ir dirigido ahora al peso de los datos y la información en la economía circular, para poder generar más valor con menos recursos. La investigación nos puede ayudar a hacer unas TIC más sostenibles y unos sistemas más optimizados que generen menos recursos.

Estamos transformando el modelo, ya que poco a poco lo estamos pasando de lineal a circular. Pero ¿Cuáles son los instrumentos que debemos utilizar para ir hacia la economía circular y agilizar los procesos? 

Cómo transformar las TIC en un modelo circular

Nuestra economía actual sólo el 5% es circular y las TIC tienen un papel fundamental en el cambio de modelo económico, ya que permitirán innovar. La colaboración, la confianza y la transparencia son los elementos clave en este cambio de modelo de economía.

Es en las ciudades donde nos encontramos con la gran lucha, ya que el 80% de población vive en ciudades y es donde se concentran más emisiones y residuos y por eso es en ellas donde tenemos que encontrar soluciones. En el 2020 habrá aproximadamente 50 mil millones de dispositivos conectados y las TIC deben permitir una transformación efectiva hacia una economía más circular.  

Por ejemplo, desde Leitat están llevando a cabo proyectos de investigación y desarrollo aplicados a la industria, así como GREENSENSE, una plataforma para hacer un biosensor que está basado en nanocel·lulosa, y otro sobre reciclaje y reutilización que se basa en utilizar fotónicas y tintas electrónicas para que se pueda identificar el tipo de plástico y que ayude con el reciclaje. 

La investigación es muy importante, pero tenemos que hacer que todos los demás engranajes también vayan girando. Desde la vertiente pública ya no se habla de residuos, sino de recursosSe trata de producir más sosteniblemente y de alargar la vida útil de los productos.

El Departamento de Territorio y Sostenibilidad, conjuntamente con SmartCatalonia, está llevando a cabo un proyecto que es un reto público-privado. Han detectado que el país tiene una necesidad y el reto que tienen es desarrollar un proyecto que demuestre la viabilidad de disponer de un sistema que permita trazar y localizar los AEE (Aparatos Eléctrico y Electrónicos) comercializados en Cataluña desde el mismo momento de su fabricación. Generamos 6 AEE por habitante cada año en Cataluña y en 2017 se pusieron en el mercado 108 millones de kg de aparatos electrónicos y eléctricos. 

La fabricación aditiva debería ayudarnos a no generar tantos residuos. El mundo está cambiando: ahora ya no hablamos de producción masiva sino de customización masiva. Como ejemplo de eso podemos mencionar a Amazon, ya que no imprime y luego distribuye, sino que distribuye y luego imprime. Es el modelo basado en la demanda de los usuarios.

El 3D tiene muchas ventajas: tiempo reducido, más económico, “performance increase” y personalización, y todos estos elementos significan sostenibilidad. En este sentido, la misión de Electronic Reuse es impulsar la creación de circuitos colaborativos de reutilización de la electrónica que maximicen la reutilización y garanticen el reciclaje final. 

Si reciclamos hoy todo lo que va a los vertederos sólo reduciríamos un 1,6% el dióxido de carbono y, por tanto, el reciclaje dentro de la economía circular no es la respuesta, sólo nos ayuda a mejorar una pequeña parte. Los miembros de eReuse.org comparten recursos en abierto para optimizar la restauración, trazar la cadena de custodia, asegurar el reciclaje final y medir la durabilidad de los productos y el impacto social.